Pegar a la mujer o a un hijo una vez al año ha dejado de ser delito en Rusia, ya que el presidente del país, Vladímir Putin, ha decidido crear una ley que despenaliza la violencia doméstica. Este proyecto, el cual ha sido aprobado por el parlamento ruso, ha sido criticado por organizaciones de mujeres y defensores de los derechos humanos.
Según la nueva ley, las agresiones que causen dolor físico, pero no lesiones, y dejen moratones, arañazos o heridas superficiales a la víctima no serán consideradas delito, sino falta administrativa.
Solo si el agresor repite la acción, será llevado ante los tribunales y castigado con pena de cárcel, siempre y cuando la víctima logre demostrar los hechos.
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